7.Una manera mejor
Como hemos considerado la adoración multicultural, varios distintivos se han hecho evidentes. Dios es digno de adoración de todas las naciones que Él ha creado. Su intención es que diversas personas se unan en una adoración centrada en Cristo. Esto trae mucha gloria a Dios y bendice Su corazón.
Esto puede suceder y sucede. Pero se necesita intencionalidad. Requiere que consideremos a otras personas. Como individuos, nuestra tendencia es evaluar si una experiencia de adoración es agradable o poderosa en función de nuestros gustos y disgustos. Y hay tantas opiniones sobre una experiencia de adoración como personas.
Debemos aprender a considerar a los demás y evaluar si sus corazones están comprometidos o no mientras adoramos juntos. ¿Hay alguien en su iglesia que sea de otro país que se sentiría animado al escuchar su primer idioma en una canción u oración? ¿Hay alguien de una generación diferente cuyo corazón resuena con un estilo musical en particular? ¿Sería su congregación lo suficientemente valiente como para cantar un himno en varios idiomas diferentes simultáneamente, incluso para que lo interpreten para los sordos? Las posibilidades son infinitas.
Filipenses 2:2-3 nos dirige a “tener a los demás como más importantes que a vosotros mismos. Que cada uno de ustedes mire no solo sus propios intereses, sino también los intereses de los demás”. Muchos de nosotros estamos dispuestos a hacer eso, pero requiere llegar a la vida de otras personas. Requiere que lleguemos a conocer a otros en más de un nivel conocido. Eso puede significar salir de nuestra zona de confort y conocer a alguien que no es como nosotros. ¡Qué aventura te espera!
¿El resultado? Las iglesias donde la gente asiste a una “experiencia de adoración” en realidad pueden convertirse en comunidades de adoración, unidas pero diversas. Si esto se vuelve la norma en nuestras iglesias, cuán familiar se sentirá cuando estemos juntos ante el trono y el Cordero clamando: “¡Santo, santo, santo!” ¡para la eternidad!
lee y medita